Estás al borde del acantilado, percibes el peligro. Un paso
más y caerás. Tienes miedo, pero de pronto un potente pensamiento cruza tu
mente. ¡Estás soñando! Esto no es real, y si no es real tú tienes el control.
Entonces, ¡puedo volar! Este mundo de sueños me pertenece, yo pongo mis propias
leyes. Adelante. Efectivamente. te elevas sin problemas sobre el acantilado,
más abajo ves el mar y cómo las olas rompen contra las rocas. Decides subir más
alto, hacia esa nube solitaria. Justo cuando llegas allí notas el frescor y la
humedad… ¡Qué frío! ¿Eh? ¿Qué me ha pasado? Te despiertas y te das cuenta de
que te has dejado la ventana de la habitación abierta. Pero, ¿qué sueño tan
increíble? ¡Podía volar! Efectivamente,
Has tenido un sueño lúcido.
Pero ¿qué es un sueño lúcido?
Es muy probable que ya hayas experimentado alguno y no lo
sepas. Un sueño lúcido, como muestra el ejemplo, es uno en el que se toma
consciencia de que se está soñando pero sin llegar a despertarse. Es decir, uno
alcanza la plena consciencia “como si estuviera despierto” pero sin estarlo. En
ese momento es posible controlar el sueño. Lo habitual cuando soñamos es
hacerlo de forma pasiva, nos pasan cosas y no podemos hacer nada. El típico
ejemplo es aquel en el que nos persiguen y no podemos correr más rápido. Sin
embargo, en un sueño lúcido nosotros ponemos las reglas, podemos tomar
decisiones dentro del sueño y “moldearlo” a nuestra voluntad
Si alguna vez has tenido un sueño de este tipo, es imposible
que lo olvides. Por ejemplo, los niños suelen tener con más frecuencia este
tipo de sueños. Uno muy típico cuando se es niño, es ese en el que das la mano
a tus padres para saltar más alto y se acaba volando. Pero la posibilidad de
tener sueños lúcidos no es exclusiva de los niños, los adultos también los
tienen y los hay que también los provocan.
Este asunto de los sueños lúcidos te puede parecer un cuento
chino. Nada más lejos de la realidad. Hace ya bastante tiempo tuve la
oportunidad de leer un post sobre el tema de Tim Ferriss (Lucid Dreaming: A
Beginner’s Guide), y hace apenas una semana el asunto volvió a mis manos a
través de este post de SummerTomato en el que mostraba la utilidad de los
sueños lúcidos para tomar conciencia sobre nuestra alimentación, precisamente
tras una conversación de su autor con el propio Tim. Decidí retomar el asunto,
y ver si podría ser capaz de “provocar” un sueño lúcido siguiendo algunas de
las estrategias que se planteaban. Os adelanto que el resultado ha sido
satisfactorio (pero de momento, solo por una vez).
¿Cómo provocarlos?
Querer hacerlo. El simple hecho de estar leyendo este post,
ya habrá despertado cierto interés por tener sueños lúcidos. De hecho, ya habrá
cebado en cierta medida tu mente para provocarlos. Por tanto, un primer paso
para tenerlos es “querer tener sueños lúcidos” e irse a dormir con esta
intención. Por supuesto, no siempre será posible y dependerá de factores fuera
de nuestro control.
En todos los sitios que he buscado una práctica común para
provocar sueños lúcidos es llevar un registro de sueños. Todos soñamos, todas
las noches, lo que no todos hacemos es recordar lo que soñamos. Para hacerlo
hay que registrar, nada más levantarnos, qué hemos soñado. Hace ya unos años
hice este mismo ejercicio (aunque no para tener sueños lúcidos) y es
sorprendente como el simple hecho de anotar lo que uno sueña, haga que los
sucesivos sueños se recuerden con más facilidad. Independientemente del
resultado, y sin entrar en temas freudianos, es un ejercicio que merece la pena
hacer y que puede ayudar a conocernos mejor.
Atención spoiler ahead. ¿Recordáis Inception (origen) de
Leonardo Di Caprio? En esta peli, los protagonistas eligen un objeto (tótem)
que les permita diferenciar la realidad del sueño. Otra recomendación habitual
para poder “provocar” sueños lúcidos, es elegir un tótem, de forma que, con
suerte, lo podamos visualizar dentro del sueño y nos ayude a “reconocer” que
estamos soñando para iniciar así nuestro sueño lúcido. En mi caso no ha
funcionado así, pero ha tenido un efecto curioso. Yo elegí una pequeña bota de
fútbol metálica que cuelga de mi llavero. En mi único sueño lúcido “provocado”,
que yo sepa, no ha jugado ningún papel, pero desde que lo tengo como tótem, he
soñado varias noches con que estaba jugando al fútbol (aunque también es
posible que el empacho de derbis Madrid – Barça también tengan algo que ver).
En cualquier caso, la idea es contar con un elemento reconocible dentro de los
sueños que nos ayude a tomar conciencia de que estamos soñando. Algo así como
despertar dentro del sueño. Un elemento más efectivo parece ser un reloj con la
hora fija, o una combinación de letras que veas a menudo (por ejemplo, la marca
de tu coche).
Técnica de despertarse antes
Esto aun no lo he probado, pero os lo cuento para los que
quieran experimentar. Se trata de dormir 5 horas y ponerse un despertador,
permanecer 10 min despierto, y volver a dormir con la intención de tener un
sueño lúcido. Sería una buena forma de madrugar y aprovecharlo. Al parecer
tiene mejor efecto los fines de semana cuando podemos dormir más horas y con
menos estrés. En mi caso, mi sueño lúcido tuvo lugar el fin de semana. Por
supuesto, hay ciertas sustancias químicas que podrían ayudar de la familia de
las psilocibina (hongos) y LSD. En este campo los libros del antropólogo Carlos
Castaneda son toda una referencia y se hicieron muy famosos allá por los 60.
Eso sí, allá cada cual. En mi caso, si los sueños me vienen de forma natural
bien, si no pues nada.
¿Cuándo ocurrirá? ¿Cuándo tendré mi primer sueño lúcido
provocado?
Imposible saberlo. En mi caso, en apenas unos días tuve mi
primer sueño lúcido. Se puede decir que con solo plantearlo y hacer el registro
de sueños sirvió. Eso sí, y no sé si tendrá alguna influencia pero yo tengo
extrema facilidad para soñar. En cuanto cierro los ojos (por ejemplo, viendo la
tele) soy capaz de soñar, y de acordarme de lo que he soñado. Quizá sigáis
todos estos pasos y nunca lo logréis, pero en cualquier caso, ser más
conscientes de nuestro lado inconsciente es un buen ejercicio y merece la pena
intentarlo.
¿Cómo sabemos que estamos teniendo un sueño lúcido?
Si lo tienes, lo sabrás. Es un momento en tu sueño en el que
puedes tomar decisiones, dejas de ser espectador y pasas a controlar el sueño.
Digamos que tienes el poder, y haces que ocurran cosas. Sé que es una idea
turbadora pero la sensación es increíble. Lo que hagamos con esa voluntad
depende mucho de cada uno de nosotros. Desde luego, las fantasías sexuales son
muy comunes, así como las de experiencias que no podemos vivir habitualmente,
como volar o bucear. Supongo que también dependerán del estado de ánimo de cada
uno.
Otros tipos de sueños lúcidos
Algunas de las experiencias cercanas a los sueños lúcidos
son las experiencias extra corpóreas (sentimos como nos salimos de nuestro
cuerpo y lo vemos desde fuera) o la parálisis del sueño (muy típica en las
siestas, nos despertamos pero ¡no nos podemos mover!). Yo he experimentado
ambas, en el primer caso asistiendo a mi propio funeral (brrrr) y en el
segundo, como en la película de Hitchcock no pudiéndome mover tras una siesta
muy profunda. Aunque puedan parecer un poco desagradables, creo que bien
entendidas nos hacen más conscientes de que estamos vivos.
¿Cuándo acaba el sueño lúcido?
Tanto que lo más probable es que te despiertes por la propia
excitación de la sensación. Dicen que con práctica, los sueños lúcidos pueden
llegar a durar horas. De hecho, hay monjes tibetanos que llegan a través de un
estado de trance (moviendo las pupilas rápidamente como si estuvieran en fase
REM) llegan a provocarse estos sueños. Hay también técnicas para evitar
despertarnos dentro de un sueño lúcido. Una de ellas es ponernos a dar vueltas
rápidamente dentro del propio sueño, parece que la sensación de girar evita que
perdamos el control o nos despertemos. Yo aun no he llegado a tanto.
¿Para qué tener sueños lúcidos?
No tengo ni idea. Para empezar es divertido. Y muy
emocionante. En definitiva te conviertes en Dios dentro de tu mundo de sueños o
para los más friquis en el Arquitecto dentro de Matrix. Un campo inmediato y
casi inevitable las primeras veces son las fantasías eróticas, ¡cómo no! Poder
hacer lo que uno quiera en una realidad controlada por uno mismo da rienda
suelta para cualquier tentación sexual. Sin embargo, la utilidad no acaba ahí,
por ejemplo Tim Ferris dice que lo ha usado para recordar lenguas que hace
tiempo que no practicaba. En el caso de las pesadillas, es posible luchar
contra ellas, o contra ciertos temores a través de los sueños lúcidos.
En mi caso, solo he volado (de dudosa utilidad fuera del
mundo onírico) y como no…, pues eso, si eso, ya os imagináis ¿no? Desde luego,
si lo vuelvo a lograr, intentaré explorar otras áreas, si es que puedo… En
definitiva, pueden usarse como un elemento para conocernos mejor, reducir el
estrés, superar miedos y reforzar nuestro aprendizaje.
Pero, ¿por qué ayudan? ¿Cuál es el mecanismo?
Sobre la interpretación de los sueños se ha escrito y se
seguirá escribiendo mucho. Desde un Freud que solo veía los sueños como un
mecanismo de expresión y control de las represiones, hasta otras versiones más
mecanicistas que solo los ven como conexiones neuronales sin sentido e
involuntarias. Para mí está claro, que hay un poco de todo. Hay sueños con
mucho sentido, y que nos ayudan a conocernos mejor y otros totalmente absurdos.
Yo estoy más cerca de creer (y hay experimentos que lo demuestran) que sin soñar
no se puede aprender (en el sentido más literal). ¿Cómo pueden ayudar a
aprender? Os pongo un ejemplo sencillo. Imaginar que estamos preparando una
presentación, y podemos provocar un sueño lúcido en el que ensayamos esa
presentación. En el fondo, nuestro cerebro, está recreando las mismas
conexiones neuronales que luego utilizaremos en la vida real y esto nos será de
gran ayuda. Nos hará ganar en confianza, y a nivel fisiológico, cuando estemos
en la presentación, las mismas rutas neuronales que hemos usado en nuestro
sueño, serán las que tengamos que utilizar en la presentación real.
¿Son peligrosos?
No. A pesar de que el realismo de los sueños es alucinante,
hay una diferencia radical con el mundo real. Es decir, no vas a confundir la
realidad con un sueño, pero sí confundirás un sueño con la realidad. Es decir,
retomando el ejemplo del principio, es más fácil que decidas no tirarte por un
acantilado en un sueño porque pienses que es real, y tu instinto de
supervivencia te lo impida, que lo contrario. No nos vamos a volver locos por
ser más conscientes de nuestra mente y de nuestros pensamientos. Al fin y al
cabo, lo que tenemos ahí dentro es lo que hemos ido recopilando de la realidad.
Si no te asusta la realidad ahí fuera, ¿por qué iba a hacer una realidad que
parte de la anterior y que tu puedes controlar?
Pasamos entre un tercio y la mitad de nuestra vida
durmiendo, ¿por qué no tratar de disfrutar y/o aprovechar este tiempo también?
En cierto modo, todos sufrimos una grave deficiencia al no tratar de explorar y
explotar más eso otro mundo que se crea en nuestros cerebros cuando cada noche
cerramos los ojos para dormir. Sé que todo esto suena a cuento chino, pero más
abajo podréis ver enlaces a investigadores, wikipedia, etc… y como siempre, nada
te impide probarlo y sacar tus propias conclusiones.
¿Habéis tenido sueños lúcidos? ¿Habéis tenido sueños lúcidos
y no sabías qué eran? ¿Te atreves a intentarlo? Yo sigo en proceso de
aprendizaje, pero puedo tratar de contestar a algunas de vuestras dudas
fuente:http://www.elefectopigmalion.com/guia-de-iniciacion-suenos-lucidos/