A mediados del siglo XX el papa Pío XII prohibió a un equipo
internacional de investigadores, coordinados por el padre benedictino
Pellegrino Ernetti, que continuaran con el diseño de una máquina capaz de
obtener voces e imágenes del pasado. Más de cuatro décadas después fue
localizado al jefe de aquel equipo. Sus declaraciones apoyan de alguna forma la
evidencia que suponen los diferentes vestigios existentes en todo el mundo
-como un cuadro del siglo XVII en el que el artista inmortalizó un moderno
satélite de comunicaciones, una computadora astronómica del siglo I o huellas
humanas impresas en estratos geológicos de cientos de miles de años- y nos permiten
intuir que el Tiempo es una dimensión por la que podemos desplazarnos.
ciencias ocultas-01
Polémica obra del artista italiano Ventura Salimbeni, donde
se observa una esfera que pudiera ser un moderno satétite de comunicaciones

Una pequeña iglesia italiana enclavada en la próspera
ciudad, vinícola de Montalcino, a escasos cuarenta kilómetros de Siena, la
iglesia de San Pedro alberga aún hoy una de las más desconcertante pinturas que
existen en el mundo. Ningún objeto, pintura o legado documental de los que se
han podido examinar en la búsqueda de
fenómenos que demuestren la existencia de alteraciones -a veces de siglos- en
el continuum espacio-temporal. es tan claro como el lienzo que se conserva en
Montalcino. Diseñado originalmente en el año 1600 por el artista sienes Ventura
Salimbeni (1567-1613), la tela recoge una escena singular: nueve personales, la
mayoría ataviados con trajes eclesiásticos de la época, aparecen en torno a un
relicario que contiene una hostia consagrada de la que parten varios deslumbrantes
rayos de luz. Sobre estos prelados, y por encima de unas nubes grisáceas que
separan en dos mitades el cuadro, se encuentran las imágenes de la Trinidad,
flanqueadas por dos querubines. El lienzo no pasaría de ser una de tantas
representaciones manieristas de los mundos celeste y terrestre, si no fuera por
el insólito objeto que aparece en medio de los tres personales divinos y que
acapara el protagonismo de toda la obra.
A primera vista parece un simple objeto azulado que bien
podría representar el globo terráqueo. Pero examinado con más detenimiento se
aprecia que semejante interpretación es errónea. La existencia de al menos tres
líneas longitudinales a lo largo de la curvatura de esta extraña esfera y una
banda central a modo de "cinturón", presentan todo el aspecto de
junturas de varias piezas de apariencia metálica. No menos sorprendentes son
las dos extremidades en forma de antenas asida por las divinas figuras de Dios
y Jesús, respectivamente, y que no dejan lugar a dudas -a los ojos, claro está,
de un hombre habituado a tecnología contemporánea- de que nos estamos
enfrentando a la primera representación artística de un moderno satélite de
comunicaciones. Quizá a uno de los primeros modelos puestos en órbita, como el
Sputnik soviético o el Vanguard norteamericano.
Roberto Cappelli, profesor de Montalcino que lleva
estudiando y terciando polémicas sobre esta tela desde hace muchos años,
recuerda con detalle cómo comenzó a interesarse por esta obra:
«Hace ahora más de tres décadas durante la celebración de
una ceremonia religiosa en la iglesia de San Pedro, me fijé en el cuadro de
Salimbeni y, particularmente, en su parte superior. Me llamó tanto la atención
que decidimos subir hasta el objeto que aparece en el centro del cuadro,
utilizando una escalera. Se trata de una esfera aparentemente similar a las que
se encuentran en otros cuadros de todas las épocas, pero éste presentaba,
además, un par de antenas que impiden que se interprete como una imagen del
mundo o una figuración de la hostia. Además -acaba precisando- las 'antenas',
vistas de cerca, parece que estén enroscadas a la esfera.»



Cappelli habla observado bien. Durante estos largos años ha
dedicado muchas horas a la observación de los más ínfimos detalles de la obra.
Su convencimiento de que lo que está allí representado no puede ser sino uno de
los primeros satélites contemporáneos, deja sin aliento a sus más acérrimos
críticos. Uno de ellos, el también profesor Alberto Piazzi sostiene que la
esfera de Montalcino es una representación artística de la Tierra y que las dos
antenas no son sino cetros divinos estilizados, que dan al observador la
impresión de dominio de la Trinidad sobre los designios del planeta.
Algo Más Que Una Apariencia
ciencias ocultas -011
Cuadro de Ventura Salimbeni donde se aprecia la
transparencia de la paloma.
En el único punto donde convergen ambos profesores en sus
discusiones es en lo extraño de la protuberancia circular que aparece en la
parte inferior izquierda de la esfera. La lógica más elemental vuelve a dar la razón a Cappelli, a pesar de que
pueda escandalizar a los que defienden la existencia de un Tiempo que discurre
sólo en un sentido: hacia delante. Efectivamente, en el caso del satélite
Vanguard norteamericano (especialmente el Vanguard II, lanzado por la NASA en
Febrero de 1959) se aprecia una protuberancia idéntica a la dibujada en Montalcino,
y que correspondía técnicamente al objetivo de una cámara que debía de recoger
y emitir imágenes a la Tierra. La precisión en cuanto a la situación de este
elemento en la obra de Salimbeni, y en cuanto a la ubicación de las dos
"antenas" -que tanto en el Sputnik I como en el Vanguard II son
cuatro-, no puede obedecer a una simple casualidad.
Pero lo intrigante de este objeto no termina aquí, ya que el
"satélite'' no sólo parece tal, sino que pictóricamente se comporta como
un emisor de imágenes. El detalle es perceptible en la parte inferior izquierda
del lienzo. Allí, sobre la cabeza de un prelado (presumiblemente el papa
Clemente VIII, contemporáneo a la realización de esta obra, aparece por segunda
vez el Espíritu Santo. El primer lugar donde se observa la paloma sagrada es
entre las dos antenas del "satélite". Pues bien, una nueva paloma
aparece sobre Clemente VIII justo en línea recta con el "objetivo" de
la cámara emisora de la esfera. Y lo que es más intrigante: esta segunda paloma,
observada detenidamente, es semitransparente, viéndose a través de ella los
contornos de los objetos del fondo, remarcando la impresión de que se trata de
una imagen transmitida, y no la paloma "original". De nuevo la
casualidad no es la interpretación más oportuna.
Poca -o más bien ninguna- luz sobre la naturaleza de la
esfera que nos ocupa encontramos en los títulos que se atribuyen a esta obra.
No existe un criterio firme a la hora de clasificar este cuadro de Salimbeni,
siendo dos los títulos -en cierta forma semejantes- que se barajan. Para
Marilena Bigi, del grupo cultural Los Argonautas, de Montalcino, la obra recibe
el titulo de "Disputa del Santísimo Sacramento", aunque no faltan los
defensores de la segunda propuesta: "Glorificación de la Eucaristía".
Para aquellos que tengan la tentación de ver en la esfera la representación de
la hostia, nunca estará de más advertir que la sagrada toma cristiana se
encuentra dibujada justo bajo la capa de nubes que separa la escena divina de
la terrena, en medio de los impasibles prelados. Por lo tanto, nuestro
'satélite' no es el responsable del título.
Oscuras Relaciónes
ciencias ocultas - 012
Cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano. En ella
podemos observar una esfera coronando la cúpula. ¿Pudo haberse inspirado Salimbeni
en esta esfera para pintar su cuadro?.
El caballero Bevilacqua, como también se conoció a Salimbeni
en su época, presenta una biografía que a duras penas nos ayuda a deducir su
interés particular por dejar un legado tan sorprendente como el de Montalcino.
Hijo del también pintor Arcangelo Salimbeni, Ventura marcha muy joven a Roma
para perfeccionar su estilo artístico. Allí permanecerá hasta 1595, habiendo
trabajado con anterioridad en la decoración del tercer piso del palacio
Vaticano. A regreso a Siena -su ciudad natal- comenzará una frenética actividad
pictórica, que le llevará a Montalcino en varias ocasiones para cumplir con
encargos bien concretos. Sólo un documento fechado en el año 1600 (fecha en que
diseñó el "satélite'), y que hoy se conserva en la iglesia de la patrona
de Montalcino, la Virgen del Socorro, da fe de esta clase de encargos. Al
parecer, simultáneamente a la realización de la obra que hoy reposa en San
Pedro de Montalcino, Salimbeni realizó otra por la que recibió sesenta escudos
de oro y que hoy se halla en paradero desconocido. Ignoramos, pues, si en aquel
lienzo inscribió alguna otra singularidad que nos ayudara a interpretar el
enigmático objeto al que nos referimos.
Mucho se ha especulado sobre qué pudo haber inspirado al autor
para llevar a cabo semejante representación. Desde la posibilidad de que
tuviera acceso a una "falla temporal" que le permitiera ver un objeto
del futuro (y, en cualquier caso, cabría preguntarse por qué vio un satélite y
no cualquier otro objeto contemporáneo más común), o que hubiese tenido una
premonición concreta sobre este aparato en particular. No obstante, hay un
detalle que añadir a estas especulaciones, y que coloca el acento de esta
polémica sobre los conocimientos que poseerían de determinados aspectos
concretos, incluso de carácter futurista, los papas de Roma. Es decir en 1592
llega Clemente VIII al sillón de Pedro. Este papa, uno de los más cultos del
periodo y que, entre otras cosas, puso en marcha la Biblia Clementina (que aún
hoy es el texto bíblico oficialmente reconocido), destacó de la mediocridad de
sus predecesores al lograr que el futuro rey de Francia Enrique IV renegase de
la fe protestante, regresando a las filas del catolicismo. Se presume que debió
de tener algún encuentro con Salimbeni, si bien éste pudo haberse limitado a
seguir su trayectoria desde lejos. Y es que el artista, probablemente, no
representó gratuitamente a Clemente VIII en su misterioso cuadro.
En Noviembre de 1595 este papa, tras su triunfo diplomático
con el "affaire" Enrique IV, ordenó rematar -en conmemoración de este
hecho histórico- la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano con un
singular objeto. Hipólito Aldobrandini -éste era el verdadero nombre del papa
Clemente- ordenó a Sebastián Torrigiani que fundiese una colosal bola de metal,
en cuyo interior había cabida para dieciséis personas. Sobre ella colocó una
gigantesca cruz metálica, y ordenó que aquel objeto coronase el centro de la
cristiandad desde la cúpula diseñada por Miguel Ángel. ¿Se inspiró Salimbeni en
este desproporcionado objeto mandado construir por Clemente VIII? Y si fuera
así, ¿por qué dotó a su inspiración de detalles que hoy sólo se encuentran en
los primeros satélites artificiales?... El misterio permanece.
Objetos Fuera De Su Tiempo
ciencias ocultas -013
Piezas originales de la máquina de Antikythera
Al Igual de irresoluble que el misterio del cuadro de
Montalcino son otros objetos y pinturas diseminados alrededor del mundo que
parecen demostrar que, o bien somos unos perfectos desconocedores de nuestro
pasado, o bien que ha habido "interferencias temporales" en uno u
otro momento. Y nos estamos refiriendo a hechos, no a especulaciones. Por lo
prolijo de esta clase de objetos (muchos de ellos menos demostrativos que el
legado de Salimbeni) apenas nos detendremos en algunos de los más
significativos ooparts (out of place artifacts) u objetos fuera de su tiempo.
De todos ellos el más sorprendente es -sin duda- la máquina
de Antikythera, descubierta en 1900 por unos pescadores de esponjas griegos que
faenaban en las inmediaciones de una isla del mismo nombre. El objeto en
cuestión, descubierto entre los restos de un naufragio de un barco griego de
casi dos mil años de antigüedad, presenta un insólito cuadro de ruedas dentadas
-una veintena, a decir de Valerios Stais, del Museo Nacional de Atenas, quien
examinó por primera vez la muina en 1902-.
ciencias ocultas -014
Reconstrucción de la máquina de Antikythera
Después del análisis minucioso del resto de los materiales
recuperados de aquel naufragio, se dató en tomo al año 65 d.C. la fecha del
desgraciado incidente marino. Lo que, de por sí, convierte a aquel mecanismo
dotado de una compleja red de ruedas dentadas en algo anacrónico. No obstante,
las inscripciones halladas en los metales del extraño mecanismo no contradicen
esa fecha, sino que corroboran que la máquina pertenece a los primeros momentos
del siglo I. La inscripción más larga que se conserva sobre los restos de metal
hallados es extraordinariamente similar a un calendario astronómico elaborado
en el año 77 d.C.
Hasta Abril de 1974, en que la revista Scienttfic American
publicó un articulo del profesor Derek J. de Solla Price, de la Universidad de
Yale, el objeto sólo fue un tema más de discusión entre los amantes de las
anomalías históricas. Price, gracias a este trabajo y a otros que vinieron
después, redimensionó el problema de Antlkythera. Reconoció haber comenzado a
restaurar la máquina a primeros de los años cincuenta y haber sometido a rayos
X, en 1972, el todavía amasijo de metal rescatado en Antikythera; resolviendo,
tras sus observaciones, que se trataba de una especie de computadora
astronómica bien precisa. Construida con ruedas de cobre, la máquina debía de
haber contenido alrededor de treinta ruedas dentadas, con sus correspondientes
diferenciales, y pudo haber estado dentro de una cala cubierta de
inscripciones. Su descubrimiento puso de manifiesto algo que puede extenderse a
posteriores hallazgos: fuera, probablemente, del uso común de los
contemporáneos de la época helénica, hubo una casta de hombres que manejaron
una tecnología que -en el caso del objeto de Antikythera- no volveremos a
encontrar hasta bien entrado el siglo XVI. ¿De nuevo el Tiempo nos vuelve a
jugar malas pasadas?
ciencias ocultas -05
Esta calavera de cuarzo fue encontrada en las ruinas mayas
de Lubaantun en 1927. Sólo existe otra igual conservada, en el Museo de la Humanidad de Londres.
Tan polémica como la máquina de Antikythera es el extraño
cráneo de cristal hallado en 1927 por Anna Mitchell-Hedges, hija adoptiva del
polémico explorador británico Frederik Mitchell-Hedges, en las ruinas mayas de
Lubaantun, situadas en los bosques tropicales de Belice, en la Guayana británica.
El cráneo, perfectamente tallado en cristal de roca, presentaba un alto grado
de dureza (siete sobre diez, en la escala de Mohs, para ser precisos), de lo
que se deducía que sólo mediante fundición del mineral y utilizando un molde, o
mediante el uso de un diamante por un hábil orfebre, podría obtenerse algo
parecido. Pero los mayas no poseían la suficiente capacidad técnica -desde la
óptica arqueológica tradicionalmente admitida- como para enfrentarse a
semejante empresa artística. Treinta y ocho años antes, un soldado mexicano
descubrió en su país una calavera similar, que -a diferencia de la de
Lubaantun- no podía mover su mandíbula. Posteriores análisis del hallazgo de
Mitchell-Hedges, conducidos en 1970 por la compañía norteamericana Hewlett-Packard,
contribuyeron a avivar la polémica sobre su fabricación, ya que demostraron que
se confecciono en una sola pieza, y que sobre su superficie no existe ni una
sola muesca de las herramientas presumiblemente empleadas. Hewlett-Packard
concluyó sus apreciaciones sobre el objeto asegurando que se necesitarían al
menos tres siglos de trabajos manuales ininterrumpidos, en época maya, para
obtener un resultado así
Penden sobre estos dos cráneos acusaciones de fraude. Es
decir, la presunción de que no fueron elaborados -tal y como se pretende- por
las culturas en cuyas ruinas se hallaron. Pero ninguna de las acusaciones,
hasta el momento, ha podido ser demostrada como cierta. Ooparts de singulares
características pueden hallarse en todos los rincones del mundo, casi como si
quisieran demostrar, en silencio, que algunos planteamientos modernos de la
Física teórica sobre la posibilidad de viajar en el tiempo, son validos.
Huellas de zapatos encontradas en estratos geológicos de hace dos o tres
millones de años, como las que se rescataron en la prisión estatal de Carson
City (Nevada, EE.UU.) en 1882, o la huella de zapato descubierta a mediados del
siglo pasado en el desierto del Gobi por un equipo de paleontólogos, en un
estrato fechado en unos doscientos millones de años de antigüedad, nos obligan
a replanteamos los conceptos de linealidad del tiempo. El propio Stephen
Hawking. ante las especulaciones que la Física ha formulado en estos últimos
años sobre la variabilidad de la continuidad del Tiempo, aseguró en Octubre de
1987 en Madrid que: «algún día será posible viajar por el Tiempo. Si hace un
año me lo hubieran preguntado, hubiera contestado que era imposible».
El Extraño Proyecto Del «Cronovisor»
ciencias ocultas -06
Supueta imagen de Jesuscrito en la cruz, obetenida mediante
el extraño proyecto del cronovisor.
¿Y si alguien hubiera dado ya ese salto? Trasladémonos a
Venecia. Allí, frente a la Plaza San Marcos, y al otro lado del gran canal. se
encuentra encerrado uno de los misterios mas desconcertantes -a la vez que
ignorados- de nuestros días. En la isla de San Giorgio, copada en su totalidad
por instalaciones de los monjes benedictinos y de la Fundación Giorgio Cini,
dedicada a la acogida y educación de los hijos huérfanos de pescadores, se
esconde de su pasado el padre Pellegrino Ernetti. Profesor de
"Prelolofonía" (es decir, de música anterior al año mil) en el
Conservatorio Benedetto Marcello de Venecia, Ernetti oculta sus investigaciones
sobre el tema del Tiempo, ocupándose en la actualidad de recibir y tratar entre
cuatrocientas y quinientas personas semanales aquejadas de estar poseídas por
el diablo. Es ¡exorcista!.
El padre Ernetti no ha querido dar muchas explicaciones
sobre este tema, de cómo él, ayudado de un nutrido equipo de científicos europeos,
había estado diseñando -en plenos años cuarenta- una máquina capaz de
fotografiar el pasado. «El principio es muy sencillo: las ondas visibles y
sonoras del pasado no se destruyen. Y no lo hacen porque son energía. La
grandeza de nuestro invento, que llamamos Cronovisor, está en poder recuperar
esa energía y recomponer las escenas».
Ernetti hizo varias declaraciones apresuradas a la prensa
italiana de finales de los años cuarenta. Aseguró haber recompuesto, en su
versión original, la oficialmente desaparecida obra Thyestes, elaborada por
Quinto Ennio y representada en Roma hacia el año 169 d.C. También aseguró haber
obtenido el texto original de las Tablas de la Ley entregadas por Yahvéh a
Moisés en el Monte Sinai, aparte de otras singulares "fotografías"
obtenidas de la destrucción de Sodoma y Gomorra, y de otros trascendentales
episodios bíblicos.
El eje de su planteamiento se centra en la poco científica
admisión de la existencia del éter, en donde se recogerían todas y cada una de
las acciones externas emprendidas por los seres humanos. Según Emetti, cada uno
de nosotros emite millones de ondas a lo largo de la vida, que quedan atrapadas
en alguna parte. Después, gracias a la utilización del instrumental adecuado
para acceder a ese estadio de información y decodificar las ondas que se están
buscando (en lo que, a decir del investigador francés Robert Charroux, se
emplearía un oscilógrafo catódico que lograría reconstruir las emisiones
originales) se puede acceder a las imágenes y sonidos que se deseen. La
siguiente entrevista fue realizada por el investigador, y ahora director de la
revista Más Allá, Javier Sierra:
-«Pero todo ha terminado -dice el padre Ernetti-. Yo ya
hablé. El papa Pío XII nos prohibió que divulgáramos cualquier detalle sobre esta
investigación, porque la máquina del pasado es muy peligrosa. Puede cortar la
conciencia de libertad del hombre, ya que con este aparato se podrá conocer qué
has estado haciendo esta mañana, dónde, cuándo, cómo...»
-¿Sigue usted manteniendo, a pesar de los años, que todavía
posee el texto original de las Tablas de la Ley?
-«Sí, lo tenemos. Pero no podemos desvelar nada. Lo siento.»
-¿Y cuándo cree que podrá hablar, padre?
-«No lo sé. Ya sabe que hay muchas cosas que reciben el
nombre de Secretos de Estado...»
-¿Del Vaticano?
-«No. De todos los Estados. Por eso no es posible hablar.»
-¿Todas las investigaciones que se hicieron con la máquina
se realizaron en Venecia?
-«No. En todo el mundo.»
-No sabe cuándo dejará de ser secreto, ¿verdad?
-«Espero que pronto, pero es muy difícil. Se revelarán
demasiados secretos.»
-¿Cambiaría mucho nuestra concepción de la Historia del
Hombre?
-«Mucho. Incluso las lenguas serían irreconocibles...».
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fuente: http://www.superenigmas.com/articulos/ha-sido-inventada-la-maquina-del-tiempo/ha-sido-inventada-ya-la-maquina-del-tiempo.htm
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